Quiero hacer contigo.
Juegas todos los días con la luz del universo
sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua
eres más que esta morenilla cabecilla que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.
como un racimo entre mis manos cada día.
A nadie te pareces desde que yo te amo,
déjame tenderte entre guirnaldas amarillas,
déjame tenderte entre guirnaldas amarillas,
quien escribe tu nombre con letras de humo entre las
estrellas del sur?
ah déjame recordarte como eras entonces, cuando aún no existías.
De pronto, el viento aúlla, y golpea mi ventana, entonces
cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombríos,
aquí vienen a dar todos los vientos, todos..
aquí vienen a dar todos los vientos, todos..
Se desviste la lluvia.
Luego…Tu aun estas aquí, ah tu no huyes!
Tú me responderás hasta el último de mis gritos.
Acércate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos.
Ahora, ahora también, pequeña me traes flores,
y tienes hasta tus senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas,
yo te amo, y mi alegría muerde tu linda boca rosa.
Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí?
Me lo pregunto algunos días, a mi alma sola y salvaje,
a mi nombre, aquel que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces nuestro lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crespúsculos en abanicos girantes.
Luego, mis palabras llovieron sobre ti acariciándote,
ame desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Te traeré, si así lo deseas de las grandes montañas
flores alegres, avellanas oscuras,
y una gran cesta silvestre de con mis besos.
Quiero hacer contigo,
lo que la primavera hace con los cerezos.
Tú me responderás hasta el último de mis gritos.
Acércate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos.
Ahora, ahora también, pequeña me traes flores,
y tienes hasta tus senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas,
yo te amo, y mi alegría muerde tu linda boca rosa.
Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí?
Me lo pregunto algunos días, a mi alma sola y salvaje,
a mi nombre, aquel que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces nuestro lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crespúsculos en abanicos girantes.
Luego, mis palabras llovieron sobre ti acariciándote,
ame desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Te traeré, si así lo deseas de las grandes montañas
flores alegres, avellanas oscuras,
y una gran cesta silvestre de con mis besos.
Quiero hacer contigo,
lo que la primavera hace con los cerezos.
#CandydeUlloa
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