Rimas y susurros

En días oscuros cuando todo se quiebra,   tu fe sostiene mi mundo que calla.   Eres la fuerza que nunca se embala,   mi norte fijo cuando el alma tiembla. Tu amor me salva de cada derrota,   en tus brazos hallo la paz perdida.   Eres mi luz, mi ancla, mi salida,   mi hogar sereno que al dolor derrota.

Cuando el suelo se quiebra bajo mis pies,   y el cielo amenaza con grises tormentas,   eres mi raíz, mis ramas sedientas,   la fuerza que calma todos mis revés.   Tu voz es candil en noches sombrías,   luz incesante que el miedo disuelve,   con fe tan firme, que mi ser envuelve,   llenándome el alma de melodías.  

Te amo como el cielo al horizonte,   como el sol que despierta en el mar,   como el canto del ave al volar,   como eco en la inmensidad. Te amo con pasión y destino,   como la lluvia que besa la flor,   como el abrazo que guarda calor,   como este poema que busca tu camino. En tus ojos se refleja el sol naciente,   como un faro que guía mi destino,   tu sonrisa ilumina cada camino,   como el alba que abraza suavemente. Hoy, en el Día de la Mujer, te celebro,   por tu fuerza, tu amor y tu valor,   eres mi inspiración, mi motor,   mi compañera en este viaje sincero.